Las verdades de hechos son aquellas que deben ser comprobadas necesariamente de una forma empírica, esto es, mediante la experiencia. Sólo los hechos pueden decir si un enunciado es verdadero o no. Esto ha sido objeto de una larga polémica en la historia de la filosofía. Sin embargo, predomina la idea de que las apariencias son ocultaciones de la realidad. Según esta idea, los hechos verdaderos son los hechos auténticos frente a los aparentes o engañosos. Por ello, se entiende la búsqueda de la verdad como un proceso de desvelamiento de lo auténtico, que, de otro modo, permanecería oculto por las apariencias.
Ejemplo. Sabemos que una olla de agua caliente quema, después de haberla tocado.
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